Iglesia Matriz del Distrito de Ayabaca (Iglesias)

La Iglesia Matriz del distrito de Ayabaca, es conocida además con el nombre de Iglesia Matriz de Nuestra Señora del Pilar; aquella se encuentra localizada en el distrito de Ayabaca, en la provincia homónima que se sitúa en la región de Piura.

La iglesia Matriz, es una construcción colonial que alberga, como parte de su patrimonio, a la santa imagen del Señor Cautivo de Ayabaca, una de las efigies católicas más veneradas y milagrosas de la región. Es a causa de lo anterior, que el templo de Ayabaca, también es conocido con el nombre de Santuario del Señor Cautivo de Ayabaca.

Según registros históricos, la iglesia Matriz del distrito de Ayabaca, es una construcción que fuera concluida en el siglo XVII. Esta iglesia, arquitectónicamente, presenta un diseño predominantemente barroco y cargado de símbolos; tan solo el lado lateral del templo, que da cara a la plaza de armas de Ayabaca, se encuentra conformado por un grupo de trece arcos que, según se sabe, son las representaciones de Jesucristo y de los 12 apóstoles que aquel tuvo.

En cuanto a la fachada del templo, aquella se ve flanqueada por la presencia de dos torres de cuatro pisos que se coronan por cúpulas, arriba de las cuales se levantan cruces. Estas torres presentan un diseño bastante simple que separa sus distintos cuerpos gracias a la presencia de cornisas. Las torres de la Iglesia Matriz de Nuestra Señora del Pilar, son además los campanarios de este templo, que ocupan los dos cuerpos superiores de la estructura, previos a la coronación por la cúpula.

Interiormente, como parte del decorado del edificio, se encuentran una serie de altares, y reliquias religiosas, entre estas piezas resalta el altar del Señor Cautivo de Ayabaca en torno a la cual surge una interesante historia. Otros altares y piezas destacadas del templo son el altar del Cristo Crucificado, y cuadros como el del “Señor de las Ánimas”. Los altares que se encuentran en este templo, muestran en su hechura, un magnífico trabajo de tallado y revestimiento en pan de oro, que agrega belleza artística al valor religioso que en sí poseen.

En relación con la historia que gira en torno al Cristo de Ayabaca, de aquel se dice, que tiempo atrás, aproximadamente en el siglo XVIII, existía en el lugar la necesidad de iniciar el culto hacia una imagen del Señor, entonces, se decidió realizar una escultura de Cristo en un madero milagroso que habían encontrado en los alrededores y del que decían: manaba sangre. Aconteció que teniendo el madero para la escultura, no se tenían aún a los artesanos para realizar tan sagrada faena, ante esto, según se cuenta, aparecieron en el pueblos tres hombres vestidos de blanco quienes dijeron a los pobladores que harían el trabajo a cambio tan solo de que no se les molestara y que se le llevaran alimentos solo al amanecer.

Pasó un tiempo y aquellos tres hombres permanecieron en claustro en su taller, sin que nadie pudiera ver el avance de la obra. Un día, los pobladores, temerosos de haber sido timados, deciden ir a la casa a averiguar el avance de la obra; como nadie contestaba, forzaron la entrada a la morada y se dieron con la sorpresa de que la efigie del Cristo ya estaba terminada y que los artesanos de dicha obra habían desaparecido dejando todos los alimentos que se les había llevado, intactos. El hecho fue interpretado como milagroso, y desde entonces la imagen ha sido una de las más veneradas por los pobladores de la región.

Quien quiera conocer esta iglesia, su historia, y sobre todo, la sagrada imagen que aquella presenta, tiene que dirigirse hacia la Plaza de Armas de Ayabaca. El templo se encuentra abierto durante todo el año, desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche.

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