Turismo en Complejo Arqueológico San José de Moro (Arqueología)

El Complejo Arqueológico San José de Moro, se localiza al margen derecho del río Chamán, en el Valle de Jequetepeque, en el distrito de Pacanga, dentro de la provincia de Chepén, en el departamento y región de La Libertad. Se trataría de un Centro Ceremonial, cuya antigüedad excede los 1500 años, y cuyas investigaciones arqueológicas son recién iniciadas en 1991.

El sitio abarca un territorio de 150 hectáreas aproximadamente, y en él se encuentran vestigios arquitectónicos de la Cultura Mochica y de las culturas que ocuparon la zona posteriormente. A nivel visual podemos observar que el complejo se encuentra a una altura de siete metros de diferencia con el rededor del territorio agrícola; y que en él se encuentran restos de un promedio de 14 edificaciones distintas, estas hechas a base de adobe, entre las que destacan: Huaca Cuadrángulo, Huaca Suroeste, Huaca la Capilla, Huaca Alta y Huaca Chodoff.

Pese a lo increíble de sus estructuras, sin lugar a dudas lo que destaca de este Complejo, son los descubrimientos funerarios encontrados en él, en los que se evidencian tres tipos distintos de enterramientos. Sobre estos encontramos: Las tumbas de foso, que son las más sencillas, tanto por la forma, como por contener en ellas a un solo individuo con menor cantidad de ofrendas. El segundo tipo de enterramiento se da en las tumbas de bota, estas, que son las más típicas del periodo Moche, presentan una cámara sellada con adobe, a la cual se llega a partir de un pozo. El tercer tipo de recinto fúnebre son las tumbas de cámara, que se caracterizan por la complejidad de su estructura, estos están hechos de adobe y tiene forma rectangular, se trata de habitaciones (tipo chullpas) en las que se pueden apreciar diferentes nichos, cuyo tamaño cambia de acuerdo al periodo en el que fueron construidos.

El descubrimiento más importante de este complejo, recae en las tumbas de las llamadas Sacerdotisas de San José de Moro, un hallazgo tan impresionante como lo fuera la revelación del Señor de Sipán. Las tumbas de estas mujeres fueron encontradas en el año 1991, se sabe que fueron sacerdotisas a causa de que portaban vestimentas y ornamentos similares a los que se hallan representados en los cerámicos Moche, además de la llamada “Copa del Sacrificio”. Respecto a ellas, es importante mencionar que una de ellas es una niña no mayor de siete años y que en general sus tumbas se caracterizan por ser del tercer tipo mencionado (tumbas de cámara). En estas tumbas también es significativa la presencia de acompañantes, en muchos casos niñas y niños distribuidos en torno a la figura principal del recinto fúnebre (que se encontraba sobre una especie de ataúd hecho de cañas), además de ofrendas de distintos tipos como collares, placas de metal con diseños humanoides grabados, entre otras cosas.

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